Si decimos asado, decimos tradición argentina. La carne a la parrilla es para nosotros sinónimo de hogar, de juntada con amigos y/o familia. Es un mimo, y el ritual perfecto para compartir con nuestros seres queridos que empieza cuando se comienza a prender el fuego y termina, probablemente, al dar las gracias por el último mate de la tarde del domingo.
Hacer el mejor asado argentino no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. A todos nos tocó ser EL ASADOR por primera vez y, con el único objetivo de merecer ese aplauso, es que vamos a ayudarte para que tu primera experiencia en la parrilla sea inolvidable. ¿Estás listo? ¡Vamos!
Primer paso: prender el fuego
Con la parrilla limpia, acomodá algunos bollitos de papel, ramas finitas (secas) y carbón. Despacio, y sin quemarte, andá prendiendo el papel y las ramitas hasta que el fuego “agarre” el carbón y lo convierta en brasas.
Si no tenés apuro, la leña también es una gran opción para asar la carne, ya que le da un sabor ahumado, solo tené en cuenta que tarda un poco más.
Mientras esperamos que prenda el carbón, podemos ir salando la carne, de ambos lados, con sal gruesa.
¿Cuándo poner la carne en la parrilla?

Una vez que el carbón esté encendido, tenés que esparcir las brasas por debajo de la parrilla que vas a dejar a unos 15 ó 20 centímetros de altura. Con la mano, testeá la temperatura: pasala por encima del sector a donde vas a colocar la carne y contá los segundos que pasan hasta que empieza a quemar. Si contamos entre 7 y 9 segundos, significa que tenemos un fuego medio, y es un buen momento para poner la carne.
¡Primero lo Primero!
Las achuras son la “entrada” a un buen asado. El saludo de bienvenida. Ponelas primero para que salgan antes que las carnes.
Ahora sí: la carne
Recordá que cada corte tiene su tiempo de cocción: los cortes más delgados tienen que cocinarse a temperatura media por cortos períodos de tiempo, mientras que los cortes más gruesos deben cocinarse también a temperatura media, pero por períodos más prolongados.
Un truco muy importante a la hora de cocinar carnes con huesos, es colocar el hueso hacia las brasas, ya que su estructura porosa contiene mucho aire y actúa como aislante térmico, facilitando que la carne de tira se ase lentamente. Solo vas a tener que darla vuelta al final, cuando la veas a punto, para dorarla también del otro lado.
Recordá asar todos los cortes de carne de forma constante y lenta, manteniendo la temperatura media de las brasas y colocándolos siempre del lado más grueso primero.
¿Cuánto falta?
Para saber si está lista, agarrá el tenedor y apoyalo sobre la carne. Si está muy blanda, le falta cocción. Si, en cambio, la notás elástica, es porque ya está. Llevala a la mesa en una tabla de madera para que se mantenga la temperatura.
*Nunca -NUNCA- cortes o pinches la carne para saber si está lista, eso le hará perder jugo y, por ende, sabor.
¡A Disfrutar!
Seguro, mientras preparabas el asado, abriste algún vino y conversaste con cada uno de los que fueron llegando a admirar tu nueva vocación de asador. Porque, como dijimos antes, el mejor asado argentino es mucho más que una comida: es familia y tradición. Es nuestro sentimiento de pertenencia y cultura. Y, ahora sí, ¡un aplauso para el asador!